Bibiana Grossi Gallegos es licenciada en Psicología. Realizó especializaciones en terapia energética ergonómica y psicología transpersonal.
Fundadora de “Casa del Sol”, espacio de autoconocimiento, creatividad y salud, desde hace veinte años ofrece seminarios y coordina grupos indagando en el ser femenino junto al círculo de mujeres “El Taller de la Hechicera”.
En “Camino al Bosque”, su primer libro, muestra desde un relato autobiográfico las capacidades mentales, psicológicas y espirituales que pueden florecer en cualquier persona que se anime a “ver”.
Queridos amigos:
Me es grato compartir con ustedes la publicación de “Camino al bosque”, una pequeña y sintética narración del viaje subjetivo en el que describo algunas vicisitudes de cierto tramo de mi existencia.
Les adjunto la invitación a su presentación que será en un lugar que quiero mucho y entre amigos. Un abrazo”
Así convocó Bibiana a su parto literario, apurando una aclaración desde la humildad que la caracteriza: “no soy escritora”.
Fue durante un atardecer de marzo en Friendly, -entrañable espacio en Parque Leloir- entre familiares, amigos y compañeros de algún sendero en la aventura existencial protagonizada por esta mujer valiente y especial.
El ritual valorizó la compañía abrazadora de su gente y comenzó con un fueguito encendido en vasija artesanal desde donde salieron bendiciones de aromas que predispusieron los adentros .
Alguien invitó a conectarse con el propio latido armonizando con los sonidos de la naturaleza circundante y también con esos otros –vientos y percusiones en vivo–, que animaban a resonar con el Espíritu dela Tierra.
Luego su cuñado Guillermo puso la guitarra a la voz de su hija Vicky; quien entonó el “Dame Amor, dame tu corazón, dame tiempo para respirar…” de Celeste Carballo. Entonces Bibiana avisó “Hay de todo; chamánico, de lo otro…” y presentó a su amiga de la infancia,la LicenciadaMartaLouzao, quien deleitó con su mirada del “Camino al bosque”.
“No estamos aquí para presentar el libro de Bibiana Grossi; sino para celebrar que ella haya abierto su corazón para mostrarnos parte del recorrido de su Ser. -expresó.
Personalmente compartí con ella el camino a la escuela desde la primaria; el camino a los hijos, una parte del camino a la montaña, el camino al Círculo de Mujeres… y hoy le auguro que este sea el comienzo de su camino por la llanura.
Yo lo empecé a leer en la playa confesó la licenciada; que como todos sabemos es un lugar bastante incómodo para concentrarse; el viento te despeina y mueve las hojas, el sol te deslumbra, la arena se mete entre las páginas y arma otra puntuación. Por lo tanto yo iba cambiando de posturas para no perder el hilo, pero era tal el imán que sentía en la honestidad de este relato, que no podía soltarlo.
Terminé de leerlo al atardecer conmovida de haber estado nadando en aguas tan profundas y con la sensación de que lo había captado con todo el cuerpo.
Valoro la combinación de suavidad y agilidad que maneja Bibi para hablar de temas muy intrincados y misteriosos. Además, rescato la solidez teórica con la que da soporte a cada uno de los relatos de estas experiencias.
Creo que sería muy bueno que alguna vez nos reencontremos para contar qué nos pasó tras la lectura de “Camino al Bosque”, donde se propone la búsqueda del significado verdadero de “ser mujer”.
Este relato inspirador para el reencuentro con la identidad femenina intuyo que lo es para nosotras mismas; para nuestras mujeres cercanas (madres, hermanas, amigas, hijas, nietas) y para poder honrar a nuestros hombres (padres, hermanos, esposos, amigos, hijos y nietos).
Así, en esa conjunción de la verdad de cada uno como mujeres y como hombres, seguramente podremos colaborar para que todos los seres seamos más felices. Creo que este es el mensaje que trae el libro”.
Luego de tan preciosas palabras, algunas mujeres que formaron parte de los talleres vivenciales que gestó Bibiana, le dieron la bienvenida a su bitácora de viaje, transmitiéndole gratitudes y despertares.
Para cerrar, la autora respiró profundo y dijo que todo lo que allí había ocurrido la honraba y que, aunque consideraba que era demasiado, lo aceptaba y atesoraba en su corazón.
Camino al bosque surgió de un impulso profundo. No lo pensé, sino tal vez no lo hubiera escrito, confesó. Marca un hito en mi vida, un momento de síntesis, un antes y un después que consideré saludable –y muy recomendable–, transformar en acto creativo”.
Rodeando la mesa donde se exponían los libros sus tres nietos adorados –Lorenzo de quince, Luna de once y Laureano de diez años–, iluminaban el aire. De pronto se escuchó a un niñito de dos años que la llamaba…
Era Franco, su nietito más pequeño, quien estiró los brazos hacia ella, le hizo una caricia en la cara, miró al “público” y se puso a aplaudir con ganas contagiando al resto.
¿Qué mejor que aquel gesto inocente para contar la autenticidad en la obra de Bibiana?
Bibi Grossi; autorretrato de una mujer apasionada
Más allá de mi formación profesional, me gusta definirme con lo que naturalmente surge de mí: buceadora, artesana, enlazadora de almas.
Nací en Ituzaingó, en un barrio suburbano, con calles perfumadas por hermosos árboles, en una época en la que podíamos jugar en las veredas y disfrutar del aire y los cielos nocturnos. Así transcurrieron mis primeros años y la adolescencia; la escuela primaria y secundaria en el Sofía Bunge.
Dejé el barrio cuando me casé y viví en Castelar hasta que en los últimos años tuve la necesidad de volver a la Naturaleza y conocí la magia de vivir en Villa Udaondo, ese bosquecito natural que propicia la pausa, el encuentro con uno mismo y la armonía.
La búsqueda personal de mi individualidad me fue llevando por diversos caminos, rastreando en la sabiduría primordial, conociendo vivencias ancestrales para resignificarlas en los tiempos presentes.
Como mujer, fui comprendiendo que por nuestra capacidad de cocreadoras de la vida teníamos la privilegiada y sagrada tarea de preservarla, de acompañar sus procesos, sus ritmos naturales y de crear Conciencia en tal sentido.
Como fruto de esta labor y de mis propios procesos fue concebido “Camino al bosque”, una pequeña síntesis de descubrimientos en un tramo intenso de mi vida que nació con esa fuerza y con la vivencia de reencuentro con la magia y la vida apasionada. No alberga un mensaje específico, sólo eso y la certidumbre de que cada uno en su lugar, siendo fiel a su corazón y a sus visiones cumple con su parte en este Universo lleno de maravillosos misterios.
La vida es una fiesta, colaboramos en su creación con cada pensamiento, con cada gesto, con cada acción y estamos para celebrarla en cada instante con plena conciencia.