En estas líneas nos acercaremos al mundo de una mujer artista y mamá quien, desde su sensibilidad y talento, nos conecta con la Fiesta de la Vida.
Laura Colángelo es música, cantante, esposa de Marcelo, mamá de Manuela de 13; Jacinto de 7, Florian de 5 y –a poco de cumplir sus 43 primaveras– luce una panci de bebé en camino.
Hija de José Colángelo y Pirucha; Laurita se ilumina de asombro cuando cuenta que hace muy poquito le hizo un piedra libre a ciertas coincidencias que la unen al pasado familiar. Resulta que Villa Udaondo, el lugar en el que estableció hace más de una década su vida, sus afectos y su escuela de arte; es el mismo espacio donde está segura que “chapaban” sus padres medio siglo atrás. “Andá a saber si no estuvieron en la puerta de mi casa!”, fantasea y se explaya.
Las anécdotas de mis viejos tuvieron como escenario Villa Ariza y los paseos por Leloir. Acá no había nada, mi abuelo materno tenía el buffet del Cava y mi papá con 20 pirulos estaba en la orquesta de Julio Sosa, con dirección artística de Leopoldo Federico. Se conocieron mientras mi mamá, monísima, se floreaba haciendo sociales en el club (hoy se diría que era Relacionista Pública). Y yo, sin la más mínima noción del por qué; obviamente sin asociar aquella circunstancia, durante mi primer embarazo descubrí el Parque a través de unos amigos y sentí “Acá quiero vivir”; como si hubiera un imán que me anclaba a esa certeza. Hoy esto me conmueve con la fuerza de una especie de círculo sagrado que cierra el sentido de mi historia potenciando mi presente. La energía de este lugar es mágica: yo no nací por estos lares pero sospecho que sí debo haber sido deseada. Tal vez por eso percibo muy significativo lo que fluye acá entre la familia, los alumnos, los artistas. Hay mucho amor; mucho respeto, una cosa medio de Tribu. Están muy vivas las ganas de juntarse, como en los antiguos clubes sociales. Esto es súper nutritivo, poderoso y me hace feliz”.
Artista desde que era así de chiquitita…
A los 9 años, casi como un juego, Laura grabó un disco infantil de canciones didácticas para Emi Odeón. Cuando salió le dieron una medallita de oro, gesto que ella no aprobó porque “quiero cobrar mi cachet”. A pesar del mal momento que pasaron los adultos frente a este precoz reclamo, hoy ella siente que estuvo muy bien eso de tener conciencia desde pequeña que un artista tenía que hacerse valer.
“Desde niña tuve tres amores bien definidos: la danza clásica, el piano y cantar. La primera se me frustró cuando, tras estudiar muchos años con Olga Ferri me descubrieron un sobretendón en el pie y, con gran pesar, asumí que no podría ser primera bailarina. En cuanto a la música estudié piano en el Conservatorio Manuel de Falla y vocalización con varios profesores egresados del Teatro Colón.
Valoro mucho el haber crecido en contacto permanente con el arte. Es maravilloso para los niños tener habilitados los instrumentos al alcance de las manos; yo los disfruté y hoy lo hacen mis hijos. Me la paso comprando instrumentos; actualmente estudio batería y en breve la incorporaremos al hogar”. Tienen chelo; muchas guitarras, piano, percusión. A todos sus hijos les fascina tocar y Manuela (la hija mayor; fruto de su primer matrimonio con el cantante Guillermo Fernández) ya canta y actúa con su mamá en los shows y con su papá hizo la apertura del Festival de Tango del año pasado y acaba de grabar con él uno de los temas de un disco-cuento de tangos para niños.
Palabra de Mujer
Compartir una charla con Laura es una vivencia que atraviesa el alma. Ella tiene color en su sonrisa, chispitas en la mirada y regocijo vital en cada gesto. Es intensa; segura de que cada paso de su camino lo conquistó a puro esfuerzo; agradecida desde la semilla hasta el cielo. Y lo transmite cuando habla –como cuando canta, toca o baila– contagiando su esencia a fuerza de Ser lo que Es.
“Lo mas interesante que me reconozco es haber podido sostener la familia, ser mamá de ahora cuatro hijos, y poder ser independiente, sustentarme con lo que amo, poder crear y llevar adelante proyectos. Desde hace mucho tiempo tengo claro que mis logros no pasan por la suerte; que si yo no me lo hago, no hay lugar para mí. Al principio de mi carrera conté con el bonus de ser la hija de mi papá, pero después hice mucho trabajo para desvincularme de aquello, conquistar el propio eje y sostener todo lo que para mí es la felicidad: el equilibrar todas mis partes femeninas y tener mi espacio de laburo a veinte pasos de mis hijos y mi marido Marcelo, que tiene aquí también su estudio de abogado.
Desde el Parque voy y vuelvo a la capital o a las giras. Cada vez me encuentro con más gente, artistas maravillosos, que son todos de acá. Los domingos solemos hacer “Juntada” con amigos y apertura de escenario para los chicos que arman unas puestas increíbles. De ahí surgen cosas buenísimas como la del año pasado cuando, tras un Taller de Creatividad, entre los alumnos se generó una movida tan fuerte que terminaron componiendo y grabando en estudio un disco que se llama “Cada tema con su loco”.
“En este espacio con escenario me encanta ofrecer mis shows –siempre distintos– con invitados; armamos dúos, es algo fresco. También presentamos espectáculos de otros artistas; tocan Jazz; estuvo Vivencia… un placer.
Hay algo especial en la vida que me armé y yo lo celebro y agradezco”.
¿De dónde le saldrán a Laura esos brillitos que regala? De su coraje para animarse a darle rienda suelta a sus múltiples dones, no hay duda.
Fotos: Carina Felice
Una artista completa
A los 16 años Laura debutó en la orquesta de José Colángelo, su papá. A los 20 culminó esa etapa en “El viejo Almacén” –famosa tanguería de San Telmo– y en pareja con Guillermo Fernández se instaló en Estados Unidos donde firmó contrato con Sony Discos bajo el nombre de Laura D’ana. Producida por Rudy Perez logró con su disco ganar la llave de la ciudad de New Orleans por la canción “La última en saberlo”.
En 1994 viajó a Japón por primera vez cantando con la Orquestadel maestro Colángelo y tras el éxito de la gira repitió en Enero de 1996, Junio y Julio de 1997 y Enero del 2001. En 2002 produjo un show de música, baile, humor con tangos “bossados” y “candombeados” que presentó en Espacio Collette (Paseo La Plaza) llamado “Tango Fusión”. Mientras seguía componiendo y estudiando abrió un espacio de Talleres artísticos llamado “Entrenarte” en Parque Leloir. En 2005 grabó “Gestando Canciones” con 10 temas compuestos y arreglados por ella bajo el seudónimo de Laura La.
En la actualidad hace presentaciones de su disco “Vía Libre” (tangos versionados, distribuye sello Pattaya, se puede conseguir en Musimundo) y está componiendo temas nuevos que retoman un poco de aquel “Gestando Canciones” compuesto durante el embarazo de Florian: una obra con la que sanó sus dolores existenciales profundos y rescató lo bueno –el parto como símbolo de renacimiento de tantas muertes…– “Yo hice mucho trabajo para pasarla bien mientras paría; necesitaba atravesar las malas experiencias que me resonaban con respecto al tema. Mi mamá había padecido mi nacimiento y el de mi hermano; entonces escribí y canté: “Yo ya tuve a tu hermana Manuela distinto de lo que tu abuela contó. Mis dos partos fueron una fiesta en donde Mozart tocó…”.
Me gusta el aporte de lo femenino a mi arte; ahí encuentro el placer. Trabajo para mantener viva la conexión con la suavidad, me salgo de lo rígido; por eso me amigué con el tango a partir de explorarlo desde el jazz, el blues, la bossa.
Como si esto fuera poco arrancamos con el grupo “Laura Colángelo y Benditas Ánimas” para presentarnos en eventos. Cantamos temas populares con arreglos a tres voces, estrenamos una versión moderna del Ave María; aportamos algo distinto desde la armonía, tocamos instrumentos y hay un toque de danza muy particular.
Mamá en Plenitud
“La sensación frente a este nuevo embarazo es como si fuera el primero, vuelvo al estado ese donde no puedo creer lo se siente. Muy impresionante. Me conecto con los olores, con lo alto que es el pino; es puro Presente. Al mismo tiempo sé que no se detiene la vida porque estoy embarazada. Yo descomprimo algunas actividades como dejar para el año que viene una obra que haremos cinco mujeres y requiere mucho ensayo; pero si me siento bien es nutritivo para el bebé vibrar con una mamá activa. Con mi panza me siento linda, no me engancho con el mandato de que “el cuerpo se defooorma…”; al contrario. Se me potencia la creatividad, la sensualidad, me siento radiante.
Además, como mamá me gusta entrenar la actitud cotidiana de cuidar el ambiente, que los chicos sean respetuosos de los otros y el planeta. Somos responsables de nuestros hijos y hay que hacerse cargo. Siento que mis hijos llegan a una casa donde las reglas están claras. Eso me gusta”.
El amor después del amor
Del vínculo con Guillermo rescato la suma y no la pérdida. Juntos trajimos al mundo a Manuela; el sol de la vida. Y desde la confianza, respeto y fortaleza del amor con mi marido Marcelo es posible que fluya una actitud con Guille bien distinta a lo que uno mamó como lo que debía ser un “ex”. No hay tanta gente con la que se tenga afinidad verdadera en la vida; cuando eso ocurre es muy saludable saber que uno cuenta con el otro, incondicionalmente.
Entrenarte Hoy: Espacio dedicado a ofrecer Talleres para Niños y Adultos de Canto, Piano, Guitarra, acrobacia en Tela y más. Seminarios de Teatro, Clown, Vitrofusión y clases de Pilates. www.entrenarteweb.com.ar 4621-1438.