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Lo que el tornado nos dejó… Una mirada desde el psicoanálisis

El 4 de abril, marcó un antes y un después en la vida de la ciudad.

Un estado de angustia propia y colectiva se generó en los habitantes de las comunidades afectadas.

Los sujetos se encontraron de frente con lo real; indudablemente no había nada para interpretar. Era eso, el dolor; que estaba allí afectando a todos, sin palabras que pudieran expresar el efecto que había causado en cada uno semejante catástrofe.

Los días fueron pasando trayendo la “vuelta a la normalidad”, pero sin embargo…

Ahora es el momento de empezar algo nuevo que será diferente de lo que fue. Pues aunque los objetos e incluso los cuerpos queden sin huellas de la tormenta, los sujetos ya no serán los mismos.

Las casas, los autos, los jardines, las calles volverán a estar de pie con dinero (propio o subsidiado), mano de obra y colaboración de amigos y parientes. Pero lo que costará más tiempo es recomponerse anímicamente dependiendo esto de la posición subjetiva que adopte cada persona.

Algunos necesitaran un profesional; otros podrán hacerlo sin ayuda.

Quienes a lo largo de su vida hayan atravesado situaciones adversas saliendo fortalecidos de las mismas, -a través de su posición subjetiva frente a los momentos dolorosos o traumáticos-, una vez más harán uso de lo que desde hace unos años se denomina capacidad de resiliencia. Esta competencia es el resultado de múltiples procesos dinámicos que se desarrollan en diferentes etapas siendo los principales el equilibrio que enfrenta a la tensión y la creatividad para encontrar  recursos que le permitan dar un nuevo curso a la situación traumática.

Sea como fuere, para el psicoanálisis lo ideal es poder poner en palabras ese monto de angustia generado por el hecho doloroso. En este caso un fenómeno meteorológico, en otros, situaciones complicadas y difíciles de solucionar.

De la elección de cada sujeto dependerá el destino que tome el futuro. Incluso el no elegir es una decisión, dejando que un tercero lo haga (Dios sabrá, mi marido, callarse o…) tendrá sus consecuencias.

Cabe aclarar que aunque se elija la mejor opción, siempre algo quedará por fuera y esto es bueno también. Pues lo que aún no se tiene sirve de motor del deseo para su obtención.

Lic. Nora E. Falcinelli
M.N.52937